viernes, 25 de diciembre de 2009

Vacaciones

Pocos y queridos lectores:
Por cuestiones del sistema emocional de su alguito responsable intento de escritor, este blog se va de vacaciones.
Prometo compartir durante los proximos tres meses algunos textos mios del 2006 y 2007, pero por motivos de "fuerza mayor" (es decir... musas que aparecen y quieren quedarse en el cotidiando sentimiento) no podre ofrecerles textos de este tiempo. Suena poco relevante contarles esto, pero prefiero dejarlo claro para ser honesto con los pocos seguidores que tanto me alegran el alma.
Las vacaciones, como es lógico se sabrán finalizadas con otro post que diga "Fin de vacaciones"
Un fuerte saludo navideño para todos
Y muchas gracias por todo

sábado, 28 de noviembre de 2009

Mufis dorada

Por fin, en el encuentro de mi mufis de los tiempos dorados, de los palpitares dorados, un rincón de pupilas echadas al mar, se enmudecen al abrir un cajón de tu estar temerosa, como primer beso que abriga a los náufragos, siendo yo el único que ha perdido su barca. Al tantear en esa mirada llena y plena de alegría el acercamiento de la melodía curiosa y fiel a los planetas de una mera banca de mi infancia, el acercamiento estratégico y nunca calculado de un beso, tus manos van a tus labios. Tus manos se quedaron en tus labios con un susurro de mi nombre, se quedaron en ellos, no como un detente, talvez si como un qué estás haciendo, pero de seguro como ya habrá tiempo después, mil malecones más para nosotros.
No fue rencor de los primeros guías entre lucidos ojos ataviados de la página de un Cortazar, o un buen Floridor Pérez más mundano que citadino. Eran luces amarillas al interior de la casa, una reunión que desaparecía porque nadie de aquí y nadie de allá pensaba el otro, éramos solo nosotros, yo mirándote sin importar el fondo de la casa y un cerro perdido, y tu, mirando de antemano el mar, que se fue perdiendo en el barranco de tus propias sonrisas, como fluir continuo de una charla que no se parece a nada, que eras tu, mufis dorada.
Sentados en el suelo, y ante tus manos sobre los labios, mis manos cobraron la fuerza tierna de amarrar tus muñecas, como flores de tu cuadra, como pétalos sutiles. Talvez en ese momento pude decirte todo y recaer en una ofensiva triunfante, pero mis palabras de detuvieron mirándonos cerca, ahí hicieron del tiempo la magia, de la tensión una diadema de ternuras, y de ti mi musa, mi futura musa…
Te lo dije y tuviste ganas de besarme, un desarme de las encrucijadas por la desaprensión de unos pocos versos que nunca fueron míos, porque solo eras mi mufis dorada y eso podía significar todo.
La historia, como todas las que son bellas, no acaban entre el despertarse de una carta de mármol llamada sueño que está dispuesta a aplastarte. La historia, es un dormir despierto, entibiarse en los recuerdos, un sueño más mi mufis dorada, curvilínea que entre mis peñascos que son también sonido, me vuelven a sumergir, como inventario que ya decidirá dejar de invernar cuando el tiempo llegue.
Me desvanezco en el mar, como jugar con tus muñecas entre pétalos y ser como dos, un tejido sin mes aparente.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Sin más ciudad

Una vez que apareció la floresta
Todos sus párpados y sobregiros
Como extintos entre la piel
Hicieron de sus pupilas
Dos clases de aretes
Los de una mañana frente al espejo
Cavidad temporal de miel con sol,
O los de agujetas de zapatos
Frente al lodo grumoso y raspante
En un reflejo difuso
Chocolatito
Apuntado sobre mi rodilla que esperaba a Vallejo
Que tendía puente de mi codo
(Pequitas, tu pecadora desnudez)
Hasta mi mano
Mano a mano
Con la librería de la esquinita
Olvidad detrás de ese
Chocolate
Retomarnos, picaroneras
Imperios, sin bomberos
Bombardas de un domingo
Aquejados y sin ciudad
Aquejado y sin ti
Tibio murmurar aledaño
Una uña cortada
En la orilla de mis sabanas
Mi barbilla sobre tu sonrisa de primaria
Mi rodilla cortada como la mejor coartada
Detenido
En ese trozo más mío
Como mi propia uña
O un fragmento de ella
¿Ella o mi uña?

domingo, 15 de noviembre de 2009

Seres de piedra y arena

Con la poesía me reencuentro cuando veo una postal cubana con el Che sonriendo, con cigarro en mano y luego entre los miles de gatos casi simbólicos de mi cuarto surge la comedia con un Chaplin ensimismado en su alegría para luego compartírmela por dosis, a veces exactas, a veces austeras, y comprendida cuando decide que el es un tipo que exagera.
Mi malecón señorita de esos ojitos con reflejo de atardecer, mi malecón no se lo robe, que arde entre los peñascos un frío de inviernos cuando te lo robas. Pero si lo dejas ahí, mi bicicleta andará campante por las tardes, sin importar que fuere el invierno mas crudo, con la compañía de una orilla a la que acuden seres de arena y sal, hombres de la voluntad que mi abuelo solía tener.
No me recuerdes la escopeta del Che. Vallejo no está en crisis frente a mí en el estante.
Cállate. Borges si concuerda con esa orilla, ese malecón, con sol, sin él, frente a mi con sus paginas abiertas y desde el escritorio, con chocolates o apoyado contra un poste, en la postal del único niño de la playa, o hasta en el mismo poste contra el que me apoyo un antiguo pescador marcó su cara sin saberlo, solo que el viejo sabio, que era…
Y finalmente que fueron ambos.
Puesto entre mis anclas como sandalias desnudas del cuero de m propia piel, el horizonte, tibio o turbio, susurra que no quiere que llegues a robarte mi malecón…
Solamente, si lo haces, dibuja a Luchito en el siguiente poste de donde se encuentra Borges, talvez tengan de que hablar. Si te robas mi malecón, no te olvides que solo puedes robarte la primera palabra, porque seguirá siendo malecón y ahora, nuestro. Pero tampoco te olvides de hacerle cariño al perrito que reposa junto a la banca, esperando a que su ser de arena acabe después de veinte minutos su labor entre las piedras de mar. Cuando un anciano, el mismo de todos mis malecones enciende su sonoro cassette con Vivaldi o Mozart, pero mejor si es el segundo para chocar contra las brisas. Termina siendo curiosa esa melodía entre el viento y la música que rozan tu pelo cuando tus labios rozan mi mejilla y te robas, de la única manera mágica, mi malecón.

domingo, 18 de octubre de 2009

Persianas y puente

A: Tú no sabes lo que es extrañarte
B: Claro que lo se, ¿nunca has sentido que no eres tu mismo?
A: Se a que te refieres, ríete de mi si te viene en gana, igual mi desgano persiste en tu encanto… tu encanto de ausentarte, eso si hiere
B: Tu no sabes lo que es el dolor, yo me pierdo cuando tu me hieres (jajaja), con tu floro barato de reciprocidad, redistribución, karma… da lo mismo
A: Eres conciente que el karma si existe, desiste de decirme que no. ¿Viste el mensaje que puse en la pared de abajo del puente?
B: Sabes muy bien que ya no voy para allá sin ti, deberías estar…
(Entra C, recibe dos miradas desajustadas)
C: Siempre, siempre, siempre…
B: No digas nada
A: Sabes muy bien que tú eres la que no debe decir nada
C: (mira a los dos, que vuelven a alzar la voz y mirarse a los ojos)
B: ¿Acaso quieres que le diga la verdad? (señala a C)
A: Yo ya le dije la verdad
B: Esa es tu verdad
A: La verdad es una sola
B: Siempre confías más en tu subjetividad que en la del resto…
C: (Susurrando y prendiendo un encendedor) Nunca, nunca, nunca… (C sale de escena)
A: Ves, se fue porque ya sabía todo
B: Se fue porque sabe que no permitirás que de mi opinión
A: Ya ves, solo tienes opiniones, nunca sabes la verdad…
B: (Hace un movimiento de renegar y acabar la conversación con los brazos y se sienta en una silla)
C: (Entreabre la puerta y asoma la cabeza): Me fui siempre y nunca, ella está a punto de llegar. Me encanta ver sus ojos entre las persianas de la casa de… (Cierra la puerta y se va)
(Silencio. B tiene la cabeza gacha y nunca las despegó)
A: A veces pienso que debería ir a ver sus ojos también…
B: Vete
A: Dije a veces
B: Yo no te explique porque quiero que te vayas, nunca dije que fuera por eso, asumes tantas cosas
A: Como asumo que tengo libertad de quedarme
B: Perdón, debí decir “hay tantas cosas que no deberías asumir”
(Entre R en escena)
B: (se abalanza sobre R y la abraza) Que lindo verte
A: (Se sienta en la silla que había desocupado B y dice imitándola) “Hay tantas cosas que no deberías asumir”. ¿Volvemos a lo nuestro?
B: (Dirigiéndose a R) Ves, ni le importa tu presencia, talvez ni siquiera le importa la mía. Solo quiere un interlocutor para escuchar más de lo que él dice y argumenta
R: (Se dirige a A) Hola
A: (No responde)
B: (Le dice a R) ¿Nos vamos?
R: Si, si
B: (coge sus cosas y sale con aire de otoño trunco)
R: Chau, chau. (Sale, cierra la puerta) (Entreabre la puerta y asoma sus ideas) No te preocupes, la llevaré a abajo del puente.
A: (Se queda con las palabras en la punta de su voz, con una mano estirada para declamar algo y se cierra la puerta)
(Se apaga la luz)

(Se prende la luz)
C: (de par en par la puerta, arremete en escena y con efusividad empieza a dar vueltas alegres en torno a A) ¿Viste sus ojos? ¿Los viste? Si, si, sus ojos… entre las persianas ¿Los viste?
A: (Sin hacerle mucho caso y refunfuñando) La llevaran a ver la pared…
C: Sus ojos, entre las persianas, sus pupilas, su pupiletras de colores… sus ojos, las persianas, hoy
A: La pared, debajo del puente, arco iris, no hay puente, solo hay mar, la pared
C: Sus ojos
A: Aquella frase
H: (Desde el cuadro) Vámonos
(Salen todos de la habitación, apagón)

R: (Duda y se esconde, entra en escena, pasos ocultos, sigue y sigue)
R: La lleve, debajo del puente
R: Tenía que ser así, recientemente, ellos
R: Un arco iris, un mar, sin puente, la pared… siguen siguen (da más vueltas por la habitación)
R: Me voy, ya vio la pared, se tienen, me voy, no existe el puente.
(Pausa, se acerca al cuadro vacío, lo mira con atención)
R: ¿Cómo son mis ojos? (Sale corriendo de las cuatro paredes que si existen y azota una puerta que tose)
(Noche sin luna)

(Sale el sol, entra B)
B: (da vueltas, mira la habitación, prueba posiciones, posturas, cuadros, encuadres, las luces, recorre)
B: (Aferra una luz amarilla y sonríe. Saca un papelito pequeño y lo lee) “Hay, después de todo, una pared desde donde tenemos un solo kaleidoscopio”
B: (Ajusta su garganta, vocaliza un grito inaudible, repite gritando sonoramente…) ¡No hay puente!
B: Me basta el kaleidoscopio, mi pared, nuestra pared (Señalando) Si, nuestra.

(Dulce apagón)
H: (toma posición en el cuadro tropezándose) Si, sus ojos, mis persianas. Ya le dijo como son sus ojos. Ya sabe como son sus ojos. Pese a todo, siguen siguen siguen siendo mis persianas.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Olfato de sensaciones

Después, hoy puedo acurrucarme
Tendré que temerle a esta venida del tiempo
Cálida y entre sábanas, temerle
A tus ojos
Tus largos desafíos

Entre ese tipo de mareas, quiero dejar
Mi forma de marinero constante
Entres las islas, entre el pasado.
Por fin, con el tesoro que me aborda
Trópico de una mirada
Tesoro de las fauces de imágenes quietas
Me bastas, para dejar de ser marinero

Pantallas, tu intuición como una jauría
Que mi cuerpo propio entabla
En aberración fortuita a la vida
Aferrarse entre algunos trozos de piel
Como edificios solos
Diálogos para que mi cama vuelva
A extraviar sus límites
Vuelva a perder sus inicios, vuelva
Antídoto a mi pensar constante

Quedan más pecas, luz reflejo de luz
Para cuando tú quieras
Yo, curva de intriga, solo descanse un poco
Rulos (si a nada mas se reduce) para ti,
Septiembre… enjambre de versos (dulces)
Palabras, en la tarde, si me buscas

domingo, 28 de junio de 2009

Si todos se fueran...

Si Sabina dejara de estar contigo y tu no le siguieras robando sus abriles
Si Silvio (el otro) dejara de hacerte óleos con tu perfección de mujer (y sin sombrero)
Si Delgadillo no fuera Romeo cuando trepa a tu balcón de Julieta y ya no te enviara cartas hasta Francia
Si Daniel F dejara de cantarte, como Ubiergo, que sus letras son por ti, que aún tienes alas para volar
Si Fito dejara de darte todo porque dar es dar, porque no le importa tu forma de actuar a las 11:06 de cualquier mañana
Si Calamaro dejara de ser el propietario de tus lados mas calientes y el vagabundo de tus lados más profundos
Si Drexler antes de ti hubiera sido lo que es y siguiera su rumbo transformando todo



Si todos dejaran de estar, yo seria yo, y talvez, yo seria algo en ti…Si todo fuera así, todo sería silencio, porque yo ya no tengo más que decir
Solo
Solamente
Yo soy yo… ¿quieres ser, aquí, conmigo?

sábado, 27 de junio de 2009

Cama al final de una nota musical

Sudamos desquiciadamente
Nos resistimos
Lloramos cuando las flores se desvanecían de las manos
Cada cual aquí o por allá
Recibir no es otra postura respecto al universo
Es el solo verso que transitaba
Entre los billetes, los boletos y las servilletas
Papeles higiénicos como servilletas
Compras monedas (Che que viviste)
Vendes monedas
Ofrendas de prendas… Chaplin caminata
Chaplin profeta de los pies atraversados
Chaplin sabor del viejo desaparecido

Te busque la quincena de quince meses

Prefijos de astillas
De proa a popa

Se mecía nuestra cama
Tules
Los mil novecientos noventa y picos

Las arrugas en serio no importan sobre las mecedoras
Aunque no me creas (¿lo que tú adoras?)

2587 NO
No es el fin de una placa automotriz
No es el kilometraje
El mimo-traje
Los guantes blancos
No es azar telefónico
Seduce a los números de las casas (no, no es)

25876 (hasta tu oído)
¿Nuestra cama?
Las patas de nuestra cama
Violentos fructíferos sueños
Agitaciones
(Silabas susurradas)

No nadamos sin dirección
Es una matemática mental de la gente
De la corriente, de la marea
De los destinos, de las miradas

Un portador de lo siguiente:
Alguien más profanó estos tiempos
Y no dejes la postal A las espaldas siempre serán iguales
(A ti)

Partir y parir
Entre los nudos de unos zapatos ahogaste unas cuantas notas
Y los pianos se llenan
Y los pianos migrando
En nudos de ventisca
SI pellizcas mi piel
Será alguien, ahora otro, un pasamontañas
Una arcada corpórea, SI, otra arcada rígida
Una mente reposa (Inquieta) SIn CAMA

Noche (Humilde terror huérfano de letras)

Nunca nadie me besó
Como tú no me besaste,
Como el sueño tiritando
Acongojado y tiritando.

No legó un mes cualquiera
No subrayó el cielo de nubes
Paseó lo que las imágenes no toleraban
(No toleran, amarran, reniegan
Dejan pasar… arden)

Podredumbre, transeúntes de huesos
Y lastimados profetas
Karma o dejavú
Día que sutilmente sufre
El licor de ese tiempo
Una mezcla alterada que se mete a la cama
Con cualquiera
Hasta que el nombre final es soledad
Que se encama con el riesgo de no volver a casa
Y proliferan las hierbas, las dudas, los alfiles

Trabas de misericordia
No soy enigma

Péndulo…
Tu imagen no es más de lo que ya dije
Pero regurgitan las tripas de la noche
Las lluvias que anestesiaran las bermas centrales
Toda alameda sin álamos
Toda pradera tuteándose con el mar
Casi corrompida la peripecia
De un siglo
Sentado sobre la banca
Un quiosco de serpentinas
(Repentinas como serpientes venenosas)

sábado, 23 de mayo de 2009

Puerto seguro (La sábana en gigantografía)

Nos levantamos recién estrenados sobre la cama, octubre, carros de madrugada. Primero yo estuve mirándote, dando vueltas, tratando de idear un poema en la mente difusa por no apartarme y ocasionar un quitarnos ese calor corporal. De seguro ese poema se perdería, levantarías entre esas sabanas para fulminar los vaivenes de una pausa infinita, y el poema de seguro se perdería, porque la memoria es cruel, porque la realidad es viceversa, porque tu compañía es aquí sin mucho mas (por no haber donde más ir).
Definitivamente marrones, porque me cansa la pausa que hacen algunos para decir pardos, pardos tus ojos, para la calculada frase de un insensible de las dudas de los niños, negándose a entender tus ojos marrones, no tan densos, pero marrones, y complemento del silencio, y suplemento del sueño, y rumores de aquí en el tiempo que ha decidido suspirar.
La palabra fue inventada a partir de su contraposición al silencio… un juguete que no necesitamos ahora, profundamente inmutables, preferiblemente mudos, como un espejo de dos almas (álcense en el reflejo acompañantes, no más de lo anterior…), un nudo cada segundo mas entrañable (memorias más nubosas pero sin dormir).
Trasladados a una luminaria, las manos estaban vendadas entre sangre y frías anécdotas, volvimos a la normalidad del refugio abrigador y en confianza que ofrecieron los besos… y seguir… nuestras manos, y seguir, el fondo del cuerpo, y seguir la inmovilidad de los parpadeos.
Creo que fue al seguir la planta de tus pies que resistimos al fin la ruptura cursi del calendario monótono, y me sonreíste, como final, como hilo, como no saber a donde mas seguir, porque estábamos ahí, solos ahí, y tu planta del pie retomó la agitación, se remonto a las peleas escolares de almohadas. Resumiendo: Asumamos que fue un fragmento de piel que se adormeció y tiró en todas tus direcciones hasta encontrarte (en un levantamiento casi revolucionario… solo despiertas así los jueves de agosto, pero hoy estuvimos octubre, aunque queríamos enero y todos apostaron sobre el marzo).

lunes, 20 de abril de 2009

Retomando aquella locura, esta locura

Cuando yo era un loco y soñaba
Que mi amor era invisible
Bendecido por las hadas
Cuando le escribí quinientas cartas
Y le cantaba canciones
Y el futuro era un poema
Cuando yo la idolatraba
(Jorge Millones)

Cuando yo quise ser loco
La vida dio la espalda, el sombrero cubrió la espada y el mago las hizo palomas.
De mi locura hubo desvanecimientos
En el intento perpetuo
En la yema de los dedos
Del que fue puño antes de saberse ya vivida.

Cuando yo estuve loco
Grite sobre tus gritos sin dejar de acariciarte
Tuve hojas en blanco viajando en el tren de la inquietud, por los amplios campos de tu inspiración olfateada hasta el tacto, con el destino final de tu compañía.
Pero la locura no fue ceguera, la locura quedó en el nuboso café con chocolates de la soledad, y si tu compañía no estaba en el destino de siempre, podía enmudecer, refregar mis ojos contra cojines y las mangas largas pesadumbrosas, pero en el fondo ya quedaban, entre tus vacíos y mi locura, una fantasma de ojos cercanos… y el hilo final de la sonrisa.

Cuando yo era un loco, aprendí que nunca dejaría de serlo.
Sería mi prisión, mi incomprensión, mi reducto aislado.
Cuando yo era un loco, supe que el tiempo no iba a ser mi frontera sino que tú ibas a ser mi pretexto.
Cuando yo era un loco, partí desde mi nido hacia el mundo, y deje caer todas las plumas que pude, cuidando que mi vuelo siguiera, hasta el siguiente cambio de plumas.
Cuando yo soy un loco, la locura da botes o se maneja a hurtadillas por mi mente.

sábado, 18 de abril de 2009

Durante el vacío gris de mi locura

Te dejo lo que es la desnudez sobre el hemisferio de los sueños
Te pregono la faz de la luna
Si entre las alturas de lo anochecido
Te dedicas a hacer heridas en mi cuello
En el brindis de los ojos
De las bufandas que acaloran el vacío
De la alfombra, de la chimenea, de la casa
Solitaria
De la taza, del cigarro, de la cuadra
En silencio

Trepado en la hamaca de siempre aparece frente a mí el mismo duende que aplaca la locura y me escupe a la calle

Gris, como los ropones de un camaleón citadino
Gris, como mis prendas neutras, refunfuñando a la luz de los basurales, de los sacos de un transeunte que conoce la intimidad del mundo
No eres gris, pero tus mejillas dejaron de ser rojizas
El si fue gris, mientra la batalla engañó con sus opuestos
Gris el giro de la cometa…

No es que reste mucho por aquí, pero no se debe ir hacia donde fui.
Un territorio del engaño, un copo de polvo
Un vértice de la modulación de la mente
Las ánimas que fluctúan más que los seres.

No sé si ya me libré de la penumbra
No logro estar seguro de si ya te puedo ver ocultar tus ojos y levantar la marea
Intentos nada más sobre la humareda
(Se incendia el día con cada placer)

La marioneta si quiere un cabello a colores
Quiere soñar con estrategias de Benedetti
Un tentempié al día
Una guarida a la noche
Una aventura en compañía

Gris, en el fondo no es un sentimiento
Gris soy yo cuando soy yo
Gris calmo y embriagado sobre la esquina de la hoja
Un anzuelo y un corcho…
Que buscaran la vida y enfrascaran
La brusca quimera del pasado

La utopía que en si misma habita
Puede sobrevivir en sus multicolores fauces
Solo falta arrastrarla a la cama y con buena suerte que todo quede encerrado en un haiku.

viernes, 10 de abril de 2009

De puntitas en la casa

Real sutileza

Como parte de una antesala
Las alas se baten entre las últimas paginas de un libro
Arrancadas como la cometa vespertina
Las flores quiñadas, casi eruditas, y yo en vano
Caminando mis propias calles, las cadenas, los surcos, los dobleces del papel
(La existencia de los cigarros… mi alma todavía)
Este fue el primer despegue, este fue el vate
Fue el novato
Fui quizás yo, sin resistir
Pero aún niño con escondrijos en esa maraña del mundo

El vuelo incógnito

Mafalda rodó y se posó por siempre en mi rayuela acongojada
Sigue ahí con sus tiras…
Sus tiras cómicas
Sus tiras violáceas
Sus tiras anaranjadas (porque las naranjas siempre rodaron ácidas o dulces, pero no tuvieron las mismas sílabas que los colores de tu esplendor)

Los teatrines me ocultaron siempre tras el escenario
Entre las sillas, las capas y pijamas, los gatos… tantos gatos
Los de la tarde
Los de las gradas empedradas que se aferraban a mi chompa de lana y no importaba
Los que fueron parte de la neblina
Los que oyeron los ovillos de mi chalina y los ululantes maullidos
Tantos gatos… y nunca hubo el mío

Las mesas me quedaron grandes y solo destruí los malentendidos una vez…
Fui el artífice del silencio y siempre desee oírlos
Desterré en mi espanto fantasmal todas las mantas que pude
Y la lunas me acompañaron… pregúntales

La celda fue en el cuarto piso de la prisión
La condena fue para comenzar a irme
(Y es verdad… nunca hubo vuelta)

En el único latido pleno
Asumo que me confundí
Que la brisa me llevó mas lejos
Que los trazos en la arena en verdad se velaron
Y desfallecieron los arcángeles en el eslabón preciso (el cuello es un arma sutil que puede perecer ante el diluvio)

Momentáneamente… escabullidamente

Era ese azar el que elaboró un destino
El destino que me llevó al paradero de siempre
El micro de siempre al país de los aeropuertos
La maleta empalidecida huyó temprano
Como el sermón y la noche meditada

La muralla se elevó
Y estuve con la masa de nubes
Con las cucarachas ardiendo por las veredas
Con las conversaciones de un teléfono público y casi porno
Con los millares de parques que aludían a las tertulias…
Con los parámetros geográficos de las parejas
Los griteríos y los asaltos
Eras tú, el juego inacabable de la ausencia
La sobriedad de la distancia
Y los tanteos de una taza de café

Breve composición melódica

Campanadas
Grillos
Ovejas
Celestes
Faros
Carruajes
Sueño y realidad…
Sen enfrentaron de nuevo.
Desvanecieron su estado de pausa
Y el sueño salió de su mundo retroalimentado a una nueva cacería

El divagante futuro de tu alameda

Una hormiga se abocó a trepar hasta mi almohada
Conversamos largamente
Ella estaba convencida
Traía dos poemas como testamento de su mundo
Un encuentro con los ancestros del centro del parque del barrio de la amada de las 5 de la tarde del breve tiempo del mismo día
Y te vi en el reflejo de las aguas de un lago hasta el que ella me llevó…

En la puerta del retorno me esperaba la bufanda de siempre
Para comenzar desde abril (como Fito no se cansa de decir)

El retiro de las tropas aladas está firmado
Pido permiso para vivir
Y, como en un escrito de mi rincón adolescente, ¡saquémosle la vuelta a la razón!

Y no es que solo recuerde, es que treparé hasta un abismo más alto…
Desde ahí
Talvez… logre mirarte
Y quién sabe…
Quizá, en ese intento, el vuelo si llegué hasta ti

martes, 31 de marzo de 2009

Atestiguando sobre tu océano de espalda

Atisbos de una delgadez entre las sombras
Como saberte parte de las infancias
No puedo cerrar la parida sociedad de mis predecesores
Miradas de un apiñado eucalipto
En la fricción de los fluidos y mis sorderas en la tierra de nadie

Lugar es lo que queda, reflejos son los autoconsensuados
Juzgados como sumergidas parcialidades de mi cuerpo tras la materia inasible

Roedores en la segunda tierra de nadie, dos a la semana,
Un tris de guerra, una fotográfica forma de estancamiento
Viéndonos obligados a mantener como reducto de tus pies
La tubería mágica y real,
La delicadeza que se ajusta a todas las hojas
Mientras sean nuestras compañías después de las siete con treinta

(Ludo fóbicos que se encierran ante la camada de poemas puestos entre las cortezas, las aguas desbocadas, los asfaltos dignos de la melancolía húmeda de otras ranuras de llaves lloviznan-tez)

Antecedente: un casi con mis dudas, mis extremos contradichos
Una bicicleta descubierta en el interior de una “o”
Apunto de zarpar hacia donde los muros
Y pisapapeles
No encierren el (c)olor café de tus sentidos
Vocalizando los ecos como calor de un puerto, a veces mas subte que vivo

lunes, 30 de marzo de 2009

Asumiendo un cuaderno perdido y tu prosa

Las miles de direcciones
Que surgían como mapa de mi ciudad
Como la calle de tu cuello
Como los lunares y tus ojos
Lunares de corales, dispersos y transparentes
Desde tu piel (si ni siquiera te he tocado)
Los ojos que son un libro de los más oscuros haikus
Una penumbra que reposaba en la plaza
Que fue temporal al pie de las catedrales
Y un relámpago oscurecido mientras esperabas
Apoyada en la columna de siempre.
Los filamentos de la música silban pequeños nudos
Insectos antológicos de un inicio incrédulo
Tretas en los crepúsculos de un cabello ondulado
Magma de mi generación (la del mismo instante, el mismo y la misma)
Que es la única prosa que le cree a mi cuerpo.

Actualidades de un cuerpo parcial

Noche es azul guillotina de mis reuniones teatralizadas
Perú quiere respiro, alud de blogs de amigos, obligaciones
Como universitarios atados a los pasajes, a las prolongadas
Avenidas que se jactan en su burla
Contaminadas aulas con amnésicas lenguas

Terratenientes son las cucarachas al acabar mi mes
Hay Kafka para rato, arrastro mi mote pegadito
Mi corazón es ruina de los celestes mantos
Y solo se esmera en la cruda aviación de pieles y arenas
(Frescas, tenues, descalzas, acrónicas, irreverentes con el pasado)

Los patitas que llevaron la mediocridad a su nido de escaramuzas
Las crédulas apegadas a una religión de fugacidad
Decayeron en el malecón de mi vida, crujieron mis tímpanos con autos rojos
Con aromas mojados de verde, con fuerza de tierra cuarteada
Con labios secos, conmigo que no estuve, con inventarios de la hazaña
La de todo lunes nocturno…

Una capitanía demostrando que los perros vagabundos
Tienen el criterio de un alma en pena, pero tienen la fuerza revuelta
Como un lance de tripas corroídas

Los vergonzosos elogios que siempre detestaron a los diccionarios
Restituyeron la constitución de mi ser en el 2004…

El corcho aun recibe los apuntes de un gemido atrapado
Como letras difusas en Cortazar…

No hay más, una libreta negra tras los lentes caminantes del verano con ciudades perjudicadas en la fragmentación de tus vitrales

sábado, 14 de marzo de 2009

El torso desnudo de mi retorno (Cuando la revolución quiere gritar en mi ilusión)

Distancia tiene que llamarse tu reposo
Hondo en las orillas que otro hombre te ofrece,
Mi luz que son reflejos de tus ojos,
Mi luz que son ediciones limitadas de tu ser por épocas del año
Como sorrentos que fueron sustituyendo a las princesas
La única princesa de noviembre.
Mi propia luminosidad está en el ocaso de ser liberada por la fuerza de un amante y una amada, de un toro que enrosca sus cuernos al atardecer, a contraluz, sobre su propia frente.
Es su corazón que late fértil,
No el de ella,
Si un pan recién horneado que no puedo degustar, que acaba de escabullirse para siempre del cajón de añoranzas.
Quiero caminar aunque me pesen las rebeldías por buscar ráfagas de Atlántidas de ternura.
Los helados en Larcomar no se reeditaron para ser más nuestros, hay un escaso nombre que en ese entonces fue dulcemente galopante por mis salivas cursimente acomodadas
Pero los helados no fueron reeditados, ni fueron retornos tuyos y míos a una hija con regalo de flores, con rodillas y cofres, con realidad idílica, con tu forma de romper los peñascos de toda una infancia y llevarme a mirar tu cuerpo como mar y sus siluetas de silencio.

Alfil
De otro tablero
Mi única lucha restante
Es que otros saboreen
La ruptura de sus ideales
Que obtengan la revolución de vivir sus ideales
Y que mi escaso trozo de isla
(Con tu permiso, comandante)
(Con su permiso, seguidores más atentos que quien habla)
Sirva para refugio y prisión de mis ideales individualistas
Porque el ser un trineo flotante para los ideales de ustedes
No regocija sino el gusto en sí
(Y talvez, algún día, tú me invites un helado)
(Y quizá, a su tiempo, los sorrentos dejen de ser edición limitada, y tú, mi princesa de edición matutina e ilusión de un mismo poeta)

jueves, 5 de marzo de 2009

Entredichos de una visita

Las reflexiones previas a entrar al castillo eran una suerte de alegría que se procura el mejor destino, una preocupación cierta y combatible.

Las repeticiones cordiales
Dentro de tu esquina de sueños, tu ventanal hacia el reino
Eran propios de la corte e ingenuidades que silabeaban desesperanza.
El coágulo de los flirteos
Fueron aquella tarde una espada
Una alfombra granate
Un tratarte como creí, sentí, soñé, podías querer que te traten
Mis rodillas fueron lúcidas y crecieron a la misma lágrima
Mis rodillas no fueron de respeto, fueron de añoranza que había vencido la frontera
Mi lágrima era el universo que dejo oscurecido a todo lo que no éramos nosotros cuando grito de dolor sobre las escalas coloridas de la alfombra
Una vela frente a ti, quiso dejar el camino
Mis telas sueltas silbaron desnudez y tres palabras
No soy caballero digno de la libertad, he muerto y he sido feliz,
La flecha es cruel como la luna delgada y atraviesa mi espalda
Mi sangre eres tú
Añadiendo el silencio que esbozó tu primera sonrisa
Que se dilucido en la burla que arrancaba la flecha del mendigo.
En el prólogo de la torre
Aquella misma noche
La luna abrió el camino a tu certera sonrisa
Y voló de nuevo en la misma flecha, atravesando tu pecho
Tu propio pecho cayó en el lecho de los cielos
Y estando ocultos de todos
Por fin, nos conocimos.

Alfiler de la luna para la reina

Cristales que nos quieren llegar a pertenecer como ventanas sueltas a la fuga de los tambores crecientes
Sastres nuevos para la casi nación de los viejos ballets que surcaban la cuadra de mi infancia
Hay en todos los clásicos esa tela entretejida de asteriscos y dulces puntos suspensivos
No recuerdo si ayer me hallé en el mar con sus tonalidades oscuramente piadosas, pulcras de la arena invernal a la hora de las ventiscas, las gaviotas desapareciendo, los riscos enfurecidos con los tritones que apagaban sus bullicios, bufeos profundos en titubeos con las corrientes para otras épocas
Los ballets, los ballets, tanto como los patines, los refugios de un árbol tanto como un balcón con caracolas, los finales como solo saben ser ellos
Otra vez un alfiler que saltaba hacia el campo de batalla, un ajedrez de agónicos movimientos, tantas reinas como tú, y solo tú para él otra vez
Porque aunque las prendas se debiliten tras la hazaña, tus viejos harapos serán glorificados, ocultos, desenterrados y navegaran sin saber la verdad de aquel alfiler de la luna
Como dejando de lado al verdadero rebelde que extendió su reinado hasta el roce con la seda de su amada, una vestimenta digna de todos sus rumbosOcaso, se mantuvo distante, latente, mientras, después de la corona, la reina despidió a la pareja de sedas y luna desde su playa, por segunda vez infante.

lunes, 2 de marzo de 2009

Lucha entre los dragones de mayo

Las tuberías de la casa añeja retumban
La moneda intenta rodar, rrrooodddaaarrr
Como mi lengua casi llorosa, osada sobre la miel de la lluvia.
Un violín quebrando hisopos con el dolor de mi almohada.
Hoy, la ausencia, no halla ESCONDITES
TÚ, alma de hada, ten ALMOHADAs
Las que puedan armar la guerra entre los dragones de mayo
Para rescatar a las damiselas de febrero,
Las que puedan prometer 3´s de la madrugada
Sin restarle libertad a los oleajes de tus cabellos,
Las que intenten mirar por el agujero de la puerta con una de sus plumas
Queriendo ser música descubridora y aventurera.
Adoro, en forma de estreno cinéfilo, a partir del jueves
Todas las mañanitas menguantes,
Todos mis pre-textos que pueden parir en sus territorios
Cuando el país de los sentidos es solo mío
Sin risas, sin ladridos, sin fotos ni palabras
Contigo y sin ti, con camarotes entre telarañas, con Brahms y Vivaldi gimiendo desde sus instrumentos.
El cementerio de las dudas es llamado benevolencia,
Marzo inquietante como el final estadio de un estupefaciente,
Símbolos cóncavos para fotografías de la noche
En avenidas con pétalos ausentes, con pendientes bruscas de antecedentes casi amorosos.

La edad del sol

Es probable que olvide el color de tu lunar
Es probable que nunca me llegue a quejar porque decidiste existir
Es, y sencillamente es, tu ardiente chimenea donde
Por la sed de los aviones de papel,
Las cartas, confesiones y futuros echaron vuelo entre cenizas.
Me da igual que sientas o que no
Me atraviesa el reflejo del recuerdo, soy solo yo, un intento de soledad liberada.
Tus labios y mis cegueras para huir
Salir
Mis labios, encarcelados a no moverse, a no tentarse, a no retomar
El instante de sus 2 por 2, de sus 5 por 4, de su espiral meditabunda con puerto de pescadores.
Soledad, vuélveme tu soldado y tu mano derecha, hazme luchar
Soledad, entiérrame en tu reino, hazme escapar mientras se pueda
Soledad, tan sólida y virgen
Sol iluminando, edad de estar solo
Entre los pies, las huellas y todo lo que nos persiga, seré yo un sigiloso compañero, decidido a ser tu pedacito inexistente del paisaje.

sábado, 28 de febrero de 2009

Despedida (y a la vez encuentro) con febrero

Necesito el tiempo de recordar
De andar por las calles que casi me vieron renacer,
Tildar de esperanzados los cielos tras la lluvia
Es un aletargo hasta que llegue la luna.
La poesía era solo un canto envolvente
Un tanteo cercano al susurro que se escabullía hacia ti,
La poesía era mi modo de mirarte y aprehenderte
Sin testigos y sin rehenes
Sin abismos, sin fortunas inciertas, sin disfraces.
La poesía no se quedaba de pie,
Ella caminaba tu melodía
Ella era mientras tú eras.
Pero no estaba la poesía y tú en soledad
Estaba también tu caricia y tu cuerpo
Se hallaban en mi cuerpo y mi caricia.
Un tentempié para la tarde, una rebeldía cantante
Un café estrujado al silencio
Que ofrecían, incesantes, las flores, el rocío, la profundidad del día.
Los que transitaban, no nos existían
Los que miraban, tardíos, quedaban tras las enredaderas
Los que hablaban, de incógnitos, se sumergían en los pantanos del ayer
Los que éramos nosotros, nos rehusábamos a ser parte,
Y volvíamos, a cada encuentro, por todos los recuentos,
Volvíamos al cuento, que tenía, una pagina mas
Un cristal ineludible.

jueves, 26 de febrero de 2009

Cuerpos en el azulejo rincón de una noche (sin promesas)

Carismática lectura de los abrazos grises que se sublevan al compás arrítmico de las hojas sobre el viento.
Vertientes que de alguna manera han pasado a llamarse surrealistas del sur real en el pasado que les fue causa
Almíbares de los bordes de una copa que rodó desde tus labios al final de la fiesta en un acertijo solitario en la pista de baile sorprendentemente en pié
Una semilla volátil se estrecha al camino tras el taxi zumbante en una ranura abierta del empedrado de la calle, pero volviendo al taxi ya no te encontré tan solo firme tu mano sobre la mía escapándose por los escarpados movimientos de la noche
Mi casa apestará al humo de cicatrices, actrices y trizas de hojas
Apestará sobre el humo una dulce carne que no hiere mas que en su esclavitud al horizonte un fragmento del fragmento de lo que algunas veces llamamos nuestro
Corpulentos saúcos que tejieron un anonimato al jardín hoy se desvelan ante los gritos ahogados que no enmohecieron las ventanas que hasta ahora alzan un altar a su nombre
Terruños ojerosos que condescendientes a los brillos parpadeantes se estrujaron como paginas delincuentes a la sutil luna nubosa y de un mes inexistente
Turbado todo lo que quedaba del día pedimos clemencia en el rozar de su cuello.

viernes, 20 de febrero de 2009

Princesa, cuando nunca te fuiste

Hoy, entre el inmenso susurro, vuelves
Eres mi princesa del 20 de febrero.
Que feliz que fui con ella
Fue mi sueño entero, fue mi sueño de niño
El sueño puro de un niño y que perdura toda la vida.
Es la princesa...
Y no digo era...
Porque sigues siéndolo, volando por mi castillo
Transitando por los pasadizos y habitaciones
Hasta reencontrarnos entre recuerdos
Hasta vernos en nuestros besos.
Porque tus sonrisas me siguen retumbando por dentro
Porque en cuanto volviste mi pluma quiso ser tuya
Y trazar tu rostro, tu sonrisa, tus cabellos, tus poemas
(Las veces que tu quieras).
Encarcelado y vigilado
Entre mis esclavitudes innecesarias
Tuve que respirar profundo
Y sentir que mi cuerpo entero estaba temblando de emoción
Y la danza de las mariposas no pudo
Ir y venir por todo mi mundo.
Tu presencia luce las galas de todos los tiempos
Yo, tu peón de siempre, añora el tiempo de los senderos cursis
Pero en este momento no eres princesa,
No eres princesa porque tu rey te hizo reina, y no fui yo.
Yo, tu simple peón, enfrentará a toda la realeza que tenga por delante
Y sus únicas palabras y armas son las que nacen
En su alma de poeta
Y un corazón, el mío, se siente perdido entre tanto júbilo
Que tus ojos miel contagiaron en mis ojos de esperanza.