lunes, 20 de abril de 2009

Retomando aquella locura, esta locura

Cuando yo era un loco y soñaba
Que mi amor era invisible
Bendecido por las hadas
Cuando le escribí quinientas cartas
Y le cantaba canciones
Y el futuro era un poema
Cuando yo la idolatraba
(Jorge Millones)

Cuando yo quise ser loco
La vida dio la espalda, el sombrero cubrió la espada y el mago las hizo palomas.
De mi locura hubo desvanecimientos
En el intento perpetuo
En la yema de los dedos
Del que fue puño antes de saberse ya vivida.

Cuando yo estuve loco
Grite sobre tus gritos sin dejar de acariciarte
Tuve hojas en blanco viajando en el tren de la inquietud, por los amplios campos de tu inspiración olfateada hasta el tacto, con el destino final de tu compañía.
Pero la locura no fue ceguera, la locura quedó en el nuboso café con chocolates de la soledad, y si tu compañía no estaba en el destino de siempre, podía enmudecer, refregar mis ojos contra cojines y las mangas largas pesadumbrosas, pero en el fondo ya quedaban, entre tus vacíos y mi locura, una fantasma de ojos cercanos… y el hilo final de la sonrisa.

Cuando yo era un loco, aprendí que nunca dejaría de serlo.
Sería mi prisión, mi incomprensión, mi reducto aislado.
Cuando yo era un loco, supe que el tiempo no iba a ser mi frontera sino que tú ibas a ser mi pretexto.
Cuando yo era un loco, partí desde mi nido hacia el mundo, y deje caer todas las plumas que pude, cuidando que mi vuelo siguiera, hasta el siguiente cambio de plumas.
Cuando yo soy un loco, la locura da botes o se maneja a hurtadillas por mi mente.

1 comentario:

Pearlman dijo...

Escucho un tango y un rock
y presiento que soy yo
y quisiera ver al mundo de fiesta.
Veo tantas chicas castradas y tantos tontos que al fin
yo no se si vivir tanto les cuesta.
Yo quiero ver muchos más delirantes por ahí
bailando en una calle cualquiera
en Buenos Aires se ve
que ya no hay tiempo de más
la alegría no es sólo brasilera.