sábado, 23 de mayo de 2009

Puerto seguro (La sábana en gigantografía)

Nos levantamos recién estrenados sobre la cama, octubre, carros de madrugada. Primero yo estuve mirándote, dando vueltas, tratando de idear un poema en la mente difusa por no apartarme y ocasionar un quitarnos ese calor corporal. De seguro ese poema se perdería, levantarías entre esas sabanas para fulminar los vaivenes de una pausa infinita, y el poema de seguro se perdería, porque la memoria es cruel, porque la realidad es viceversa, porque tu compañía es aquí sin mucho mas (por no haber donde más ir).
Definitivamente marrones, porque me cansa la pausa que hacen algunos para decir pardos, pardos tus ojos, para la calculada frase de un insensible de las dudas de los niños, negándose a entender tus ojos marrones, no tan densos, pero marrones, y complemento del silencio, y suplemento del sueño, y rumores de aquí en el tiempo que ha decidido suspirar.
La palabra fue inventada a partir de su contraposición al silencio… un juguete que no necesitamos ahora, profundamente inmutables, preferiblemente mudos, como un espejo de dos almas (álcense en el reflejo acompañantes, no más de lo anterior…), un nudo cada segundo mas entrañable (memorias más nubosas pero sin dormir).
Trasladados a una luminaria, las manos estaban vendadas entre sangre y frías anécdotas, volvimos a la normalidad del refugio abrigador y en confianza que ofrecieron los besos… y seguir… nuestras manos, y seguir, el fondo del cuerpo, y seguir la inmovilidad de los parpadeos.
Creo que fue al seguir la planta de tus pies que resistimos al fin la ruptura cursi del calendario monótono, y me sonreíste, como final, como hilo, como no saber a donde mas seguir, porque estábamos ahí, solos ahí, y tu planta del pie retomó la agitación, se remonto a las peleas escolares de almohadas. Resumiendo: Asumamos que fue un fragmento de piel que se adormeció y tiró en todas tus direcciones hasta encontrarte (en un levantamiento casi revolucionario… solo despiertas así los jueves de agosto, pero hoy estuvimos octubre, aunque queríamos enero y todos apostaron sobre el marzo).