viernes, 10 de abril de 2009

De puntitas en la casa

Real sutileza

Como parte de una antesala
Las alas se baten entre las últimas paginas de un libro
Arrancadas como la cometa vespertina
Las flores quiñadas, casi eruditas, y yo en vano
Caminando mis propias calles, las cadenas, los surcos, los dobleces del papel
(La existencia de los cigarros… mi alma todavía)
Este fue el primer despegue, este fue el vate
Fue el novato
Fui quizás yo, sin resistir
Pero aún niño con escondrijos en esa maraña del mundo

El vuelo incógnito

Mafalda rodó y se posó por siempre en mi rayuela acongojada
Sigue ahí con sus tiras…
Sus tiras cómicas
Sus tiras violáceas
Sus tiras anaranjadas (porque las naranjas siempre rodaron ácidas o dulces, pero no tuvieron las mismas sílabas que los colores de tu esplendor)

Los teatrines me ocultaron siempre tras el escenario
Entre las sillas, las capas y pijamas, los gatos… tantos gatos
Los de la tarde
Los de las gradas empedradas que se aferraban a mi chompa de lana y no importaba
Los que fueron parte de la neblina
Los que oyeron los ovillos de mi chalina y los ululantes maullidos
Tantos gatos… y nunca hubo el mío

Las mesas me quedaron grandes y solo destruí los malentendidos una vez…
Fui el artífice del silencio y siempre desee oírlos
Desterré en mi espanto fantasmal todas las mantas que pude
Y la lunas me acompañaron… pregúntales

La celda fue en el cuarto piso de la prisión
La condena fue para comenzar a irme
(Y es verdad… nunca hubo vuelta)

En el único latido pleno
Asumo que me confundí
Que la brisa me llevó mas lejos
Que los trazos en la arena en verdad se velaron
Y desfallecieron los arcángeles en el eslabón preciso (el cuello es un arma sutil que puede perecer ante el diluvio)

Momentáneamente… escabullidamente

Era ese azar el que elaboró un destino
El destino que me llevó al paradero de siempre
El micro de siempre al país de los aeropuertos
La maleta empalidecida huyó temprano
Como el sermón y la noche meditada

La muralla se elevó
Y estuve con la masa de nubes
Con las cucarachas ardiendo por las veredas
Con las conversaciones de un teléfono público y casi porno
Con los millares de parques que aludían a las tertulias…
Con los parámetros geográficos de las parejas
Los griteríos y los asaltos
Eras tú, el juego inacabable de la ausencia
La sobriedad de la distancia
Y los tanteos de una taza de café

Breve composición melódica

Campanadas
Grillos
Ovejas
Celestes
Faros
Carruajes
Sueño y realidad…
Sen enfrentaron de nuevo.
Desvanecieron su estado de pausa
Y el sueño salió de su mundo retroalimentado a una nueva cacería

El divagante futuro de tu alameda

Una hormiga se abocó a trepar hasta mi almohada
Conversamos largamente
Ella estaba convencida
Traía dos poemas como testamento de su mundo
Un encuentro con los ancestros del centro del parque del barrio de la amada de las 5 de la tarde del breve tiempo del mismo día
Y te vi en el reflejo de las aguas de un lago hasta el que ella me llevó…

En la puerta del retorno me esperaba la bufanda de siempre
Para comenzar desde abril (como Fito no se cansa de decir)

El retiro de las tropas aladas está firmado
Pido permiso para vivir
Y, como en un escrito de mi rincón adolescente, ¡saquémosle la vuelta a la razón!

Y no es que solo recuerde, es que treparé hasta un abismo más alto…
Desde ahí
Talvez… logre mirarte
Y quién sabe…
Quizá, en ese intento, el vuelo si llegué hasta ti

1 comentario:

Anónimo dijo...

he lleado aquí de casualidad y no me arrepiento de haberlo hecho, me gusta lo que escribes...pasaré por aquí proximas veces.

adios!