domingo, 22 de noviembre de 2009

Sin más ciudad

Una vez que apareció la floresta
Todos sus párpados y sobregiros
Como extintos entre la piel
Hicieron de sus pupilas
Dos clases de aretes
Los de una mañana frente al espejo
Cavidad temporal de miel con sol,
O los de agujetas de zapatos
Frente al lodo grumoso y raspante
En un reflejo difuso
Chocolatito
Apuntado sobre mi rodilla que esperaba a Vallejo
Que tendía puente de mi codo
(Pequitas, tu pecadora desnudez)
Hasta mi mano
Mano a mano
Con la librería de la esquinita
Olvidad detrás de ese
Chocolate
Retomarnos, picaroneras
Imperios, sin bomberos
Bombardas de un domingo
Aquejados y sin ciudad
Aquejado y sin ti
Tibio murmurar aledaño
Una uña cortada
En la orilla de mis sabanas
Mi barbilla sobre tu sonrisa de primaria
Mi rodilla cortada como la mejor coartada
Detenido
En ese trozo más mío
Como mi propia uña
O un fragmento de ella
¿Ella o mi uña?

No hay comentarios: